martes, 3 de marzo de 2009

La maestra del pueblo



Hay en el cementerio de Ábrego una tumba. Por las tardes, cuando el perfume de las flores que llaman maravillas se vuelve más intenso, de esa tumba sale una tenue voz que dice:

“Fui la maestra del pueblo. Los niños pensaban que yo sabía mucho, porque podía decirles que 9 por 7 son 63. Pero cuando me preguntaban por qué hay rosas que no son color de rosa, o por qué a veces llueve cuando hay sol, o por qué nos ponemos tristes al caer la tarde, no les podía contestar. Yo ya sabía que no sabía nada.

“Ahora lo sé todo. La muerte es la respuesta a todas las preguntas de la vida. Espero aquí una nueva vida, y entonces sabré la respuesta a todas las dudas de la muerte...”.

Así dice esta tumba del cementerio de Ábrego. Sus palabras van en el perfume de las maravillas, y se diluyen en la tristeza de la tarde.

¡Hasta mañana!...

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