viernes, 13 de marzo de 2009

Llega el viajero a Oaxaca

Llega el viajero a Oaxaca, prodigio entre las nubes, y oye a una banda de pueblo tocar esa cadencia lánguida que se llama “La Zandunga”.

Escribe el viajero “zandunga”, así, con zeta, porque así escribía la palabra don Esteban Maqueo. Dice este sabio etimólogo que la voz viene del zapoteco, y sirve para nombrar el canto de dolor de un hijo por la madre muerta.

También con zeta escribía la palabra el poeta chiapaneco Rodulfo Figueroa. Escribió un soneto, “La Zandunga”, que termina con este hermosísimo terceto: “...

La Zandunga tocad. Si no despierto / al quejoso rumor de esa armonía / ¡dejadme descansar, que estaré muerto!”.

“La Zandunga” es tristeza vuelta música. Y cuando el pesar se hace belleza la pesadumbre se aligera.

¡Hasta mañana!.

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