miércoles, 25 de marzo de 2009

El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia

El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia.

-Señor —le preguntó con voz de pesadumbre— ¿por qué hay en el mundo tan poca religión?

-Que eso no te inquiete, padre Soárez —lo tranquilizó el Cristo—. Cosas muy malas suceden ahí donde hay demasiada religión. Prefiero que los hombres vivan con poca religión —pueden ser buenos aun sin ella— a que se maten o envilezcan en nombre de la religión.

-Caramba, Señor —se rascó el padre Soárez la cabeza—. A veces no te entiendo.

-Me lo explico —respondió el Señor sonriendo—. Quizá la demasiada religión te ha vuelto un poco ciego. Aparta esa hojarasca de teologías y rituales, y entonces mi mensaje se te aparecerá sencillo y claro. Mi palabra, aunque ustedes la hayan enturbiado, es palabra de amor. Y el verdadero amor nunca es difícil de entender.

¡Hasta mañana!...

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