De politica y cosas peores
Babalucas era el alcalde de un pequeño pueblo. Cierto día le llevaron a
dos mujeres que reñían porque cada una aseguraba ser mamá del mismo
niño. Babalucas, confuso, no hallaba el modo de saber cuál era la
verdadera madre. El secretario del Ayuntamiento, que había sido
seminarista, se inclinó sobre él y le contó al oído la historia de
Salomón: en un caso semejante aquel sabio monarca ordenó que cortaran en
dos a la criatura y entregaran a cada madre la mitad. Una de ellas
estuvo de acuerdo con esa partición; la otra, desesperada, dijo que
prefería que le entregaran el niño a su rival. Así se supo cuál era en
verdad la madre del pequeño. A Babalucas le pareció muy ingenioso aquel
recurso, y ordenó: “Hagan venir al carnicero, y díganle que traiga su
cuchillo más filoso”. Llegó el hombrón, y Babalucas le dio la terrible
orden: “Divide en dos a este niño”. El carnicero, espantado, respondió
temblando: “¡No puedo hacer eso, señor alcalde! ¡Por nada del mundo
podría hacerlo!”. Babalucas, entonces, sentenció: “Asunto resuelto. La
mamá es el carnicero”...
Mañana saldrá aquí un vitando chascarrillo. Se
llama “La Línea del Amor, Versión Segunda”. El reverendo Rocko Fages,
pastor de la Iglesia de la Tercera Venida (no confundirla con la Iglesia
de la Tercera Avenida, que no tiene mandamientos, sino sólo
recomendaciones), leyó dicha historieta y sufrió un ataque de
tricotilomanía morbosa: empezó a arrancarse con furia los cabellos al
tiempo que gritaba terribles ululatos capaces de poner espanto en Boris
Karloff (1887-1969; debut cinematográfico en 1916, como extra en la
película “The Dumb Girl of Portici”, protagonizada por Ana Pavlova).
Busquen mañana mis cuatro lectores el cuento que arriba anuncié, pero si
son proclives al escándalo absténganse de posar en él los ojos, y hagan
que otra persona se los lea...
Hay paradojas tan extrañas que más bien
deberían llamarse parajodas. El mismo Chesterton, maestro de las frases
paradójicas, habría firmado ésta: “Lo mejor que pudo sucederle al PRI
fue perder la Presidencia. Ganarla fue lo peor que le pudo suceder al
PAN”. Voy a explicarme. La derrota que el PRI sufrió en el 2000, y el
nuevo vencimiento que tuvo en 2006, hicieron que ese partido reconociera
al fin sus errores y sus culpas, examinara sus procedimientos y entrara
en un periodo de reorganización que luego le rendiría buenos frutos en
elecciones locales importantes. Son evidentes los avances del PRI en el
terreno electoral y en el grado de aceptación que tiene ahora entre los
ciudadanos. El PAN, en cambio, pese a haber ganado la Presidencia de la
República en dos elecciones sucesivas, ha fracasado como partido
gobernante, y es notorio su retroceso en el mapa político de la
República. Las victorias obtenidas por Acción Nacional sirvieron para
poner de manifiesto sus fallas y limitaciones. A nadie deben sorprender,
entonces, los resultados de las encuestas que hoy por hoy ponen al PRI
muy por encima del PAN en la preferencia de los electores. Vicente Fox
es espejo del PAN. Extraordinario candidato, fue un presidente menos que
mediocre. De igual manera el PAN, magnífico partido de oposición, no ha
sabido descifrar los laberintos que tiene el manejo del poder...
El
reportero le dice al viejecito: “Hoy cumple usted 100 años, don
Centurio. ¿A qué cree que se deba eso?”.
Responde el anciano: “A que el año pasado cumplí 99”...
El padre Arsilio organizó unos ejercicios
de encierro para jóvenes solteros. Les pregunta: “¿Alguno de ustedes
sabe lo que es la eternidad?”. “Sí, padre —responde uno—. Es el tiempo
que transcurre desde que yo termino hasta que ella se levanta, se viste y
se va a su casa”...
FIN.
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