El padre Soárez charlaba con el Cristo de su iglesia.
-Señor —le preguntó—. ¿Te preocupan los que están lejos de ti?
-Señor —le preguntó—. ¿Te preocupan los que están lejos de ti?
-Sí —respondió el Cristo—. Pero más me preocupan los que creen estar muy cerca de mí.
-¿Por qué? -preguntó el padre Soárez. Lo preguntó con inquietud, pues él creía estar muy cerca del Señor.
-Porque
olvidan la humildad -respondió Cristo-. Se dejan poseer por la soberbia
de la religión, y van por ahí con aire superior, como si fueran mis
representantes, diciendo cosas en mi nombre. Las estrellas hablan en mi
nombre; los pájaros, el mar, las flores; pero los hombres no.
-Entonces, Señor —insistió el padre Soárez— ¿te preocupan los que están lejos de ti?
-Sí me preocupan —contestó Jesús—. Pero no tanto, porque yo estoy muy cerca de ellos.
-Sí me preocupan —contestó Jesús—. Pero no tanto, porque yo estoy muy cerca de ellos.
¡Hasta mañana!...
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