“Bella virtud es la piedad —dice Malbéne en su más reciente artículo
para la revista Iter—.
Si la ponemos en Dios nos inspira devoción por
las cosas santas; si la ponemos el prójimo nos lleva a hacerle el bien,
que es uno de los frutos del amor”.
“La piedad, sin embargo —sigue
el escritor—, no debe agotarse en Dios y el prójimo.
También hemos de
sentir piedad por nosotros mismos, que a veces somos quienes más
necesitamos de ella”.
Y termina Malbéne: “No aprenderé cabalmente
a perdonar si no aprendo a perdonarme yo mismo después de haber buscado
el perdón de aquellos a quienes hice mal. Y mi piedad nunca estará
completa si no incluye a ese pequeño, ser tan indigente y necesitado de
compasión, que soy yo”.
¡Hasta mañana!...
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