Este hombre no duerme nunca.
No puede dormir porque en la
soledad de la noche un espectro se le aparece. El oscuro fantasma llega
frente a él y lo mira; lo mira fijamente. Nada le dice. Lo ve en
silencio con ojos de reproche.
El hombre se preguntaba quién era
esa sombra que lo acusaba sin hablar. ¿Era acaso el espectro de su
padre? Todo hombre lleva consigo, igual que Hamlet, el fantasma de su
padre.
Cierta noche un vislumbre de luna atravesó el cristal de la
ventana. El hombre pudo entonces mirar el rostro del espectro. Era él
mismo. Él mismo era su fantasma.
No conozco el final de la historia. Quizá ni siquiera es historia. Quizá es solamente recuerdo.
¡Hasta mañana!...
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