martes, 19 de febrero de 2013

El sol entra por mi casa como Pedro por su casa



Yo lo recibo siempre en la mañana. Lo espero cuando aún no fulge su primer fulgor; cuando la última estrella todavía es estrella.

Se va aclarando el cielo. La noche se va no sé hacia dónde. Y de pronto irrumpe el sol con toda su claridad a cuestas.

Mi casa y yo nos llenamos de luz. De sol se llena la flor en su florero y la hormiga en su jardín. Se llena de luz la redondez del mundo. Allá arriba el Sol también se llena de sol.

Todo es gracia, dijo George Bernanos. (Quizá hasta la desgracia, pienso yo).

Y todo es luz.

Quizás hasta la oscuridad.

¡Hasta mañana!...
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