domingo, 22 de febrero de 2009

Historias de la creación del mundo

Adán y Eva fueron a ver el rosal, que tenía aromadas rosas.

Fueron a ver el peral, que tenía verde follaje y lindas peras.

Y fueron a ver el panal, que tenía dulcísima miel.

Pero no fueron a ver el nopal, que tenía sólo ásperas pencas y espinas aguzadas.

-Señor —dijo el nopal muy triste a Dios—. El hombre y la mujer van a ver a todas las criaturas, menos a mí. Dame algo que haga que vengan también conmigo.

El Señor no resiste casi nunca los ruegos de sus criaturas, por más que sabe que muchas veces les hace más mal que bien lograr lo que desean. Así, dio al nopal tunas sabrosas. Y en efecto, Adán y Eva fueron a verlo y comieron del rico fruto que ahora daba. Pero después se alejaron y no volvieron ya.

-¿Por qué, Señor?

 —preguntaba el nopal con aflicción—.

Fue entonces cuando el Augusto dijo la famosa frase que inexplicablemente no recogió el Génesis, pero que es una verdad como la Biblia:
 
-“Al nopal lo van a ver...”. Y lo demás.

¡Hasta mañana!...


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