De politica y cosas peores
La orgía estaba en todo su apogeo. Le dice un
tipo a otro: “Me contaron que iba a venir el famoso Babalucas. ¿Cuál es?”.
Responde el otro: “Ése que está allá”. “¿Cuál? —pregunta el primero—. “Aquél
—precisa el amigo—. El que lo está haciendo con su esposa”...
El agente de
Nalgarina Grandchichier, vedette de moda, se enteró de que la cantatriz vendía
sus encantos en 5 mil pesos la noche, más IVA e ISPT. Por mucho tiempo había
deseado holgarse con su voluptuosa cliente, de modo que le trató el asunto. “Si
quieres lo que quieres —le dijo ella— tendrás que pagar lo mismo que todos los
demás”. Protestó el hombre: “¿Ni siquiera me rebajarás el 15 por ciento de mi
comisión?”. “En esto otro soy agente libre —replicó Nalgarina—. 5 mil pesos, o
no hay trato”. Mal de su grado el agente entregó la cantidad, y esa noche la
vedette visitó al hombre en su departamento. La condujo él a la recámara, apagó
la luz y procedió a hacerle el amor cumplidamente. Pasó media hora, y Nalgarina
disfrutó por segunda vez las efusiones de la coición. Una hora transcurrió, y
por tercera ocasión la extática vedette gozó el deliquio de la pasión carnal. Y
vino una cuarta vez, y una quinta. Exclama Nalgarina, llena de admiración:
“¡Caramba! No sabía que eras tan bueno para esto. ¡Hasta pareces de Saltillo!
Qué afortunada soy al tenerte como mi agente”. “No soy tu agente, linda —le
dice una voz de hombre—. Tu agente está en la puerta vendiendo boletos a mil
pesos”. (Nota: El perdulario quería recuperar su inversión)...
Unos más, otros
menos, pero todos en el Potrero solemos tener cabras. Hay un dicho ranchero
según el cual la cabra es “en el campo muy latosa, en la mesa muy sabrosa, y en
la bolsa muy ruidosa”. Salvadas las diferencias que hay —y son bastantes— entre
las cabras y la democracia, de ésta se puede también decir que en la teoría es
muy hermosa, en la práctica muy dificultosa, y en el bolsillo de los
contribuyentes muy costosa. Cuando los griegos inventaron la democracia
abrieron una caja comparada con la cual la de Pandora es regalito para
quinceañera. Impredecible señora es doña Democracia; de ella pueden salir males
y bienes por igual. Debemos tener mucha fe en la sabiduría del pueblo, pero no
mucha esperanza. Quizá por eso los políticos hablan de la democracia, pero no
la practican. Lo sucedido en Nuevo León es prueba de eso. Tanto el PRI como el
PAN designaron a sus respectivos candidatos a gobernador usando el método
llamado “del dedazo”. Priístas y panistas por igual pensaron de seguro que
hacer esa designación en forma abierta, con participación libre de sus
militantes, era complicación innecesaria, y procedieron a ungir a los electos
con el dedo de la designación. Los priístas cerraron filas de inmediato en
torno del favorecido; tal es su tradición. En cambio los aspirantes panistas
perdidosos se han mostrado remolones, y regatean su apoyo al elegido. Más
coherencia, señores. En la democracia se gana y se pierde. ¿Por qué no también
en la antidemocracia...
La señorita Peripalda, catequista, recibió la visita de
un encuestador. “¿Qué piensa usted -—le pregunta el visitante— del sexo en el
cine?”. “No sé —vacila la piadosa señorita—. Supongo que tiene que hacerse en
la última fila”...
Furioso, el yerno le dice a su suegra: “¡Vengo a entregarle
a su hija! Estaba yo de viaje; le envié un e-mail avisándole que iba a llegar
¡y aún así la encontré con otro hombre!”. “Por favor, Astilio —le pide la
señora—. Sea usted más comprensivo. A lo mejor ella no abrió sus correos”...
FIN.
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