Jean Cusset, ateo con excepción de la vez que escuchó el Andante de la Sonata K381 de Mozart, dio otro sorbo a su martini -con dos aceitunas, como siempre- y continuó:
-El año pasado di amor a los míos.
En eso no hice gracia: es natural amar a los que te aman.
Pero no amé a los que no son míos.
Mi amor, entonces, fue egoísta, pues en alguna forma cuando amas a los que te aman te amas a ti mismo.
Este año seguiré amando a los míos, para corresponder así a su amor, pero procuraré amar también a los que no son míos, es decir a mi prójimo, a los demás, a todos.
El amor, para serlo en verdad, debe ser total, abarcar a todas las criaturas.
Así dijo Jean Cusset. Y dio el último sorbo a su martini. Con dos aceitunas, como siempre.
¡Hasta mañana!...
No hay comentarios:
Publicar un comentario