domingo, 24 de mayo de 2009

Historias de la creación del mundo

El Señor vio que la cebra estaba triste.

Dios no quiere que sus criaturas estén tristes. La creación fue una sonrisa suya; todo nació de su alegría. Le preguntó, pues:

-¿Por qué estás triste, cebra?

-Padre -respondió ella-, sufro por que no sé si soy negra con rayas blancas o blanca con rayas negras. Cuando estoy feliz pienso que soy blanca con rayas negras. Cuando me siento desdichada pienso que soy negra con rayas blancas. Dime: ¿cómo soy?

Le contestó el Señor:

-Eso no importa nada. Lo que importa es que eres.

La cebra dejó de preocuparse. En adelante se dedicó sencillamente a ser. Ya no le importó saber si era negra con rayas blancas o blanca con rayas negras. Y entonces fue feliz.

¡Hasta mañana!...

No hay comentarios: